martes, mayo 04, 2010

La banalizaciíon del mal en la doctrina y en la vida

Lo que nos espera no es la floración del verano, sino ante todo una noche polar, glaciar, sombría y ruda.Max Weber (1919)

Cuanto más progrese la humanidad en el camino de la “humanización”, tanto más se acerca al punto fatal, rebasarlo significa aniquilación. Louis Bolk (1926)

El cristianismo, el movimiento histórico más poderoso de nuestro planeta, ha agotado su fuerza configuradora y nosotros vivimos post Cristo en un sentido más profundo que el del calendario. Otto Pretas (1935)

Quienquiera que los perseguidores expulsasen del país como escoria [judíos, ilegales, indios, homosexuales… etc.], también era recibido como escoria de la humanidad en todas partes, y cuando se le declaraba como indeseado y molesto, se le recibía como extranjero molesto, en cualquier lugar adonde fueran. Hannah Arendt (1958)

El nazismo sólo tuvo el valor de un reactivo precursor. El ascenso de un mundo organizado sobre todas las formas de segregación…Ningún remedio habrá que esperar, en tanto que estos problemas no hayan sido abiertos. Jacques Lacan 1967


Michel Onfray ha despertado un debate en Paris, Francia. Si se puede subrayar que lo hace, en el marco de un debate promovido por la industria mediática de las editoriales, esa industria logra de esa forma elevar las ventas de libros. Claro que de todas formas no hay mal que por bien no venga, ni bien que no contenga algo del mal. En unos de sus libros El sueño de Eichmann. Precedido de Un kantiano entre los nazis -Gedisa, Barcelona, 2009- Ese libro ha sido retomado comparte de un debate, que al margen de que se compartan o no, la propuestas de Onfray, el debate no deja de convocarnos a estudiar cuestiones que afectan a la doctrina del análisis y a su practica, esa tarea junto con otros la iniciamos hace varios años (México,2004) así como una presentación en París, Francia a cargo de Sladogna, en el seno de la elp.
Hoy regresamos a ellos, quizás, con algunas cuestiones nuevas a interrogar.
El mal, el bien dan lugar a la culpa por hacer una u otra cosa ¿Qué es la culpa? Es un sentimiento que no se reprime, no se oculta, solo se desplaza en la superficie del lenguaje. (Sigmund Freud en http://bit.ly/dC6Bz2 ) En la vida cotidiana es un sentimiento compartido, las formas de la cortesía así lo muestran: “disculpe”;”discúlpame”; “una disculpa”. Si se solicita eso ¿Se está, quiéraselo o no, reconociendo una culpa (dis —culpa) o una dis que culpa? ¿Quién dispensará la disculpa? La culpa fue parte -y es parte integrante- del horizonte religioso de Occidente, en particular, la culpa distribuida por la religión católica, a diestra y siniestra, sobretodo en actos siniestros. Ese horizonte no es su único componente. Está la culpa que permite, a veces, y para algunos humanos, hacer la diferencia entre el bien y el mal: permite distinguir entre lo que está permitido hacer y lo que no debe hacerse. A la madre de Paulette se le recriminaba falta de llanto en las entrevistas: llorar era algo ¿Qué debe hacerse o algo que por no hacerse indica para otros la posibilidad de una culpa? La culpa siempre aparece ante otro- un semejante- y ante el Otro —el lenguaje silencioso que nos habita.

Leer las ocurrencias de cada analizante orienta al analista hacia los temas a investigar, preguntar y explorar. Uno de ellos, es que ante hechos nimios —para otros- la o el analizante sufre o vive un sentimiento de culpa. Ese sentimiento aparece ante situaciones tales como elegir una carrera o abandonarla, dejar una actividad para pasar a otra o no tomar ninguna; decidir algo en su relación con una pareja —sea del tipo que sea; tener una experiencia nueva o una práctica de hacer algo conocido de forma novedosa. Baste con tener la ocurrencia y aparece el sentimiento de culpabilidad.

Esas experiencias surgen en los relatos que analizantes efectúan en el diván o de pie o en una vídeo llamada o una llamada telefónica o…dónde se produce el encuentro conmigo. De ahí se fue imponiendo algo: la culpa no es individual, es un sentimiento compartido, ella forma parte del lazo cultural donde vivimos, tanto de los analizantes como de su analista. La culpa es un fenómeno del colectivo, donde él —el colectivo- no es nada sino la manifestación de un sujeto en cada individualidad (J.Lacan en http://bit.ly/ci11PJ ). No existe una diferencia sustantiva entre el individuo y la cultura, están articulados en una misma formación, el sujeto hace un nudo con ellos.

¿Cuál es el componente compartido de la culpa en Occidente? Es el imperativo categórico: actuaras de acuerdo a las máximas que habitan tu conciencia de tal manera que ellas sean una ley universal ¿Seguirá rigiendo tal cual? Veamos sus consecuencias.

La banalidad del mal en la cultura compartida

Una oleada de racismo, xenofobia y persecución de género atraviesa la vida cotidiana:

1.-en Arizona se aprueba una ley discriminatoria contra los inmigrantes declarados ilegales; buscar empleo se ha convertido en un delito penal;

2.-en Copala, Oaxaca, México, una caravana de la paz sufre una emboscada a manos del Ejército de Dios, el gobernador nacionalista de esa entidad declara una campaña contra los integrantes de la caravana: por estar en ella, cada participante es un extranjero que atenta contra el ser nacional;

3.-El Lic. Calderón aclaró sólo el5% son inocentes de los veintidós dos mil quinientos muertos en su guerra contra el narcotráfico; el resto fueron in situ declarados culpables; allí se incluyen los jóvenes asesinados en Chihuahua, primero declarados “pandilleros”, también allí se incluyen Martín, Bryan, los niños de la guardería ABC, a los estudiantes del ITESM, estudiante Oscar de la UNAM, a Paulette, a los emboscados en Copala, Oaxaca -Beatriz Cariño y Jyri Antero Jaakola. Sin inhibición los inocentes son ajusticiados y estadísticamente evaluados;

4.- Sectores de izquierda de México — y de otros lugares de América Latina- comieron el anzuelo, acusan de “políticamente incorrecto” a Evo Morales, presidente de Bolivia; él es miembro de una cultura que tiene una articulación distinta con la tierra; esa izquierda dice algo interesante: La culpa la tiene Evo, no la tenemos nosotros que hicimos de la desviación el sinónimo de homosexualidad; Cristo hizo lo que hizo por ubicarse como culpable, no le arrojó la culpa a los otros, decía Por mi culpa, por mi grandísima culpa…Bueno, la izquierda se considera atea.

5.- Joaquín López Doriga - formador de opinión ¿?- dice que un gran porcentaje de lo que se informa en las redes sociales “es basura” —dejo de lado el saco que se colocó; subrayó algo , a la basura se la elimina, se la descarta sin culpa alguna pues se ha cumplido con un principio ecológico o al menos egológico;

5.-Al presidente Hugo Chávez se lo califica de “mono”; al presidente electo de Uruguay, José Mujica se lo denostaba pues olía a “bosta de vacas” —Mújica tiene una pequeña granja donde sigue viviendo; a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner se la trata de “¡Maten a la Yegua!” —mensaje interceptando comunicaciones del helicóptero presidencial;

Por ahora dejo de lado las muestras de la banalización del mal, su legalización en los países del primer mundo, como EEUU, Alemania, Inglaterra, Italia, España, Francia. Recordemos que esos países han declarado que la tortura es un hecho banal al legalizar los interrogatorios intensos.

La expresión banalización del mal la tomo de Hannah. Arendt (Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal. 1967) Ella lo escribió luego de asistir al juicio contra el antiguo jerarca nazi, Adolf Eichmann. Ese jerarca gris, normal, con una familia bien constituida, bien educada, sin ninguna desviación entre sus miembros, ese hombre común y corriente condujo a la muerte a varios millones de personas. Era un profesional del transporte. Él era parte del medio que transportó al seno del lazo cultura de occidente: la banalización del mal. Eichmann escapó de su condena en Nuremberg gracias a los servicios de documentación que le ofreció la Iglesia Católica. Él se declaró inocente y sin culpa alguna pues había cumplido con la ley aunque podía estar en desacuerdo con sus contenidos.

La banalidad del mal: es legal y moral

En los EEUU, en Francia, en Italia, en España y en México se ejecutan acciones contra quienes son considerados ilegales. Incluso tenemos en la constitución el artículo 33: El ejecutivo de la Unión tendrá la facultad exclusiva de hacer abandonar el territorio nacional inmediatamente y sin necesidad de juicio previo, a todo extranjero cuya permanencia juzgue inconveniente (Querétaro, 31/01/1917)

Podremos estar en contra o a favor de esta cláusula constitucional, pese a ello la misma es legal y es pacífica para quien la aplique, tenga el cargo que tenga Además es un imperativo que está en la conciencia de quienes respetamos la constitución, al margen de no acordar con ese artículo y sus consecuencias. Así cuando en el sur del país, una patrulla de Migraciones de la Policía, detiene a un autobús y a determinadas personas les solicita cantar el himno nacional o responder sobre qué es lo que se festeja en tal o cual fecha y partir de eso determinan que si son o no inmigrantes ilegales, en automático — pese a los esfuerzos de los organismos de Derechos Humanos- son deportados, sea cual sea su suerte en el país al que son retornados. Ya se dieron casos de ciudadanos mexicanos que por no saber cantar el himno o no recordar una fecha fueron deportados, lo raro es que entre ellos y los otros, no suelen estar ciudadanos mexicanos, o no, que sean güeritas o güeritos.

Insisto, se puede no acordar, se puede denunciar que eso es un extorsión y una fuente más de ingresos para la corrupción — hay que denunciarlo-, incluso se puede indicar que son servicios hechos para hacer un favor a quienes contratan mano de obra de bajo costo para los cafetales chiapanecos o las zonas campesinas de Campeche, Tabasco o la Baja California Norte y Sur. Todo eso es así, solo que esa medida y la acción de esos agentes es legal, pacífica y, en particular, acorde con un alto contenido moral.

¿Cómo es posible que actos de tal carácter sean legales y de alta moralidad? Lo son por un hecho: cada uno de esos agentes que hace lo que hace no tiene culpa alguna por hacerlo, pues incluso aunque no estén de acuerdo con las leyes migratorias cumplen con la ley. Al cumplir con la ley, están sometidos a la ley, al margen de sus conciencias, si la cumplen no hacen nada inmoral e ilegal pues, según esa ley los ilegales son apátridas, han quedado fuera de la legalidad de los humanos (Hannah Arendt, La condición humana). Se trata de la obediencia debida no sólo a la una orden de un superior, sino que el superior es el imperativo categórico: respetar la ley.

Esas leyes y esos agentes, e incluso, el florido Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca —dicen que sería propietario encubierto de un moderno hospital de alta tecnología en el DF-, ese gobernador recurre a esas leyes adosándoles las leyes de usos y costumbres del nacionalismo revolucionario ¿En qué elemento de la ley se apoya?

Las leyes están organizadas a partir del imperativo categórico. Ese imperativo fue propuesto por Emmanuel Kant: Obra de manera tal que la máxima de tu voluntad pueda al mismo tiempo valer como principio de una legislación universal (Kant leer http://bit.ly/abUlrW). También la escribió de esta otra forma: Obra de tal manera que la máxima de tu acción pueda llegar a ser una ley universal(Kant, leer http://bit.ly/9Jl1yu).

Se trata de hacer algo de tal manera que la máxima que rige la conciencia conduce esa acción, por consiguiente, esa máxima vale como un principio de una legislación universal. Si actuó de acuerdo con la máxima que me habita, entonces cumplo con la ley, no tengo culpa alguna pues actué de acuerdo con ella. El tema de la pederastia con el tratamiento que le da la Iglesia Católica lo confirma. Estos son los riesgos de la conciencia y de sus máximas de principios.

A partir de la práctica del psicoanálisis fui interrogado por ese hecho: ¿Cómo un humano hace eso sin vivir o sufrir o experimentar culpa alguna al hacerlas? Tomemos la experiencia de un vendedor que sabe que el producto a vender es un fraude o no cumple con ciertos requerimientos, sólo que él, de acuerdo a la ley del trabajo fue contratado para vender, no para evaluar esos productos, entonces…, recordemos la frase famosa ¿Y yo por qué?

Algunas experiencias del colectivo comunitario construyen un sujeto que transforma o modifica o deja de lado el imperativo categórico. Esas experiencias triviales se hacen a partir de un descubrimiento mayor: si se acepta el imperativo categórico, se desplegaran las consecuencias últimas del mismo y se colabora en instalar la banalidad del mal. El mal de ese imperativo no es romper con la ley, al contrario, es llevar sus consecuencias a realizarse de forma legal y moral. Ese imperativo categórico es la barbarie civilizada de lo políticamente correcto

Adenda

PROGRAMA ESCUCHARTE, TV EN INTERNET, SDPNOTICIAS, MARTES 04/05/2010, MÉXICO 20HS/ CONO SUR 22HS. TEMA: ¿”GUERRILLA” DEL LENGUAJE ANTE EL PODER DEL OTRO/otro? PAULETTE ALBUREA AL EJÉRCITO DE BAZBAZ Y CARLOS LORET DE MOLA. ESTÁN INVITADOS


Alberto Sladogna, Psicoanalista

http://www.edicionesartefactos.com
http://www.elsaborsaberdelpsicoanalisis.org
http://www.escucharte.net.
@sladogna

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