lunes, febrero 19, 2007

LA RESPUESTA ANTICIPADA EN UN ACTO FRENTE A UNA AMENAZA FANTASEADA

La respuesta anticipada en un acto frente a una amenaza fantaseada:

Instalan en la India cunas públicas para que no maten a las bebés

Transcribo acompañada de un análisis una noticia difundida en la prensa española durante el reciente fin de semana. Se trata de proponer a los padres para que “abandonen” a sus hijas en lugar de "matarlas" si "no las quieren criar". La noticia era una acompañada por la siguiente imagen: “PREVENCION. Dos mujeres pasan frente a una clínica que anuncia que no hace exámenes del sexo prenatal de su embarazo”, es decir,allí se le diría si darán a luz a una “niña” o un “niño”.
La iniciativa es polémica. Las autoridades de la India lo saben. Pero están dispuestas a recibir una catarata de críticas si de este modo logran contrarrestar los efectos "perversos" -raro pues son padres heteros- de la histórica y cruel discriminación contra las mujeres, que en ese país se traduce cada año en 2,5 millones de abortos y asesinatos de niñas. Pareciera según la nota que los abortos se incrementan a partir de la atribución del sexo en el embarazo. El gobierno decidió poner cunas para que los padres puedan abandonar a sus recién nacidas cuando no quieran criarlas.

"No me importa si la medida puede incentivar el abandono de las niñas. En cualquier caso es mejor eso que matarlas", afirmó ayer la ministra de la Mujer y el Desarrollo infantil, Renuja Chowdhury, en declaraciones a la agencia hindú PTI. Queremos poner cunas en todos los distritos. Lo que decimos a la gente es que tenga a sus hijos y no los mate. Si no quieren a sus niñas, que nos las den", pidió la ministra. Su idea es abrir centros de cuidado de niños en todo el país, para que los padres puedan dejar a sus hijitas si no quieren criarlas.

"Si los padres abandonan a sus hijas, más tarde pueden cambiar de opinión y regresar para llevarlas con ellos", agregó. "Es un problema internacional y una vergüenza nacional que con un crecimiento del nueve por ciento este país siga matando a sus hijas", se indignó la funcionaria. La ministra pone, sin saberlo el dedo en la llaga: no se puede atribuir a las leyes de la tradición o a los usos y costumbres o a la pobreza esa situación pues la India tiene un 9% de crecimiento anual de su economía.

El aborto y los asesinatos causan cada año la "desaparición" de 2,5 millones de niñas -cuál es la dictadura que ejerce está "desaparición" forzada"-, sobre todo en las áreas más desarrolladas y mejor alfabetizadas del país, denunció UNICEF. De nueva cuenta el dedo en la llaga, este “síntoma” no es producto de antiguas tradiciones ni de la pobreza pues se da en las zonas que “gozan” del crecimiento de la economía de la India. Para Chowdhury esto significa una "crisis nacional". En efecto, hay una “crisis” producida por el goce, pregunta ¿de qué goce se trata?. Lacan advirtió que los derechos humanos era un instrumento destinado a poner algún límite al goce inhumano, al goce de lo abyecto, propio de los humanos (noviembre, 1972).

El fenómeno, unido a la malnutrición, hizo aumentar la mortalidad infantil femenina en los estados del norte y aumentó el desequilibrio demográfico entre hombres y mujeres en ese país de mil millones de habitantes. La situación empeoró desde 2003, cuando se introdujeron en forma masiva las ecografías, que permiten determinar el sexo de los embriones, y las nuevas técnicas abortivas, que empujaron a muchas familias a interrumpir embarazos al saber que eran nenas, explicó a EFE la directora de la ONG "Centro de Investigación Social", Ranjana Kumari. Estos son algunos de los avances de la ciencia y su tecnología en el terreno de la reproducción humana. El diario The Times of India publicó la foto de una pareja de mellizos de un año. El nene, que pesa 7,5 kilos, es abrazado con afecto por su abuela. La nena, de sólo 4,7 kilos, muestra síntomas alarmantes de desnutrición.

Para muchos padres, el infanticidio o simplemente dejar morir a sus hijas es preferible a pagar una dote a la familia del novio en el momento de pactar el matrimonio, costumbre que se conserva en ese país, donde es el hijo varón el que perpetúa el linaje, hereda la propiedad y cuida de sus padres en la vejez. Asistimos a una actitud posmoderna ante la amenaza que esos padres –padres, madres futuros abuelos desamparados- fantasean por carecer de un hijo varón que se hará cargo de ellos en la vejez, así dan la amenaza por cumplida y se anticipan a ella, la “previenen matando” a quienes no los atenderán-las niñas por nacer o nacidas, según ellos- en su vejez. Es la misma estructura de la guerra contra el “terrorismo”: para prevenir sus ataques se atacó, se ocupa y se mata a los habitantes de países como Afganistán e Irak.

Asistimos a la transformación de la posición fóbica ante la amenaza, quien es poseído por la fobia vive bajo una amenaza (“se la van a cortar…”, “Lo van expulsar del trabajo…”, “El perro lo va a morder…”, etcétera), mientras la posmodernidad toma cartas ante la amenaza de su fantasía y procede a eliminar preventivamente al objeto que considera ser el portador real de esa amenaza, lo elimina anticipadamente; mientras el fóbico anticipa , o quizás debiéramos decir “anticipaba”, un miedo, un peligro; en los sujetos posmodernos se anticipan eliminando lo que consideran una amenaza.
El censo hindú de los años 2003-05 revela que los estados más ricos del norte presentan índices mayores de mortalidad infantil femenina. En el estado de Haryana, por ejemplo, la tasa de mortalidad infantil femenina pasó de 65 por mil a 70 por mil, mientras el de los niños bajó de 54 a 51 por mil. Kumari reclama un "fuerte movimiento de la sociedad para cambiar la mentalidad de la gente". El gobierno no hizo lo suficiente, afirma. Y agrega que la solución pasa por que "las niñas dejen de ser una carga". La ministra se comporta como ministra y se formula el tema en términos de funcionaria institucional, de una experta o de una profesional, por eso descansa en la pareja “problemas/solución”, quizás si, alejadas de las institución del Estado, abordamos el tema bajo la forma de una interrogación y nos dejemos interrogar sería viable localizar algunas respuestas que no dejarán de suscitar nuevas preguntas ¿O no?


Alberto Sladogna, psicoanalista, 19 de febrero del 2007.

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