jueves, noviembre 29, 2007

El árbitro, el futbol, el psicoanalista: ¿Ocaso de la función tercera?El caso del Dr. Luis Carlos Ugalde, presidente del Instituto Federal Electoral

Sigmund Freud en su obra Tótem y tabú. Algunas concordancias en la vida anímica de los salvajes y de los neuróticos (1913 [1912]) investiga una concepción del mundo, la del neurótico, una forma de subjetividad dominante en la sociedad occidental de nuestro días. Allí de manera sucinta los hijos asesinan al padre de la horda primitiva, éste no les permitía acceso al goce de las mujeres –eran, según Freud, todas para él-y luego a consecuencia del sentimiento de culpa, instauran el culto al padre, a los antepasados y fundan una ley. La culpa revela en ese caso el amor de los hijos respecto del padre, Freud no específica cuál sería la posición afectiva de las hijas. Al pie de la letra ellas no fueron tomadas en cuenta, y quizás, por ello quedan, con cierta facilidad, al margen de esa ley. Esta ley fungirá como un árbitro teniendo a su cargo arbitrar quien vive dentro o fuera de la ley; esta ley tendría a su cargo fundar los componentes éticos de la cultura, al menos eso escribía Freud.

Jacques Lacan, en su enseñanza oral y escrita, entre los años de 1953 y 1962, desplegó el conjunto de las consecuencias de esa ley paterna, su forma de instalación mediante el crimen primordial y quizás debamos a él, la confusa precisión de que la ley paterna establecía en la cultura, un elemento tercero (simbólico), un árbitro que le permitiría a los humanos salir de los efectos agresivos, de agresión y de pasaje al acto que las relaciones duales provocan al carecer de una estructura tercera que media entre uno y otro de los miembros del globo de la dualidad:” O Yo o el otro”, el semejante se instala como un enemigo que pretende quedarse con mi lugar y por consiguiente tendría que ser eliminado para no quedarme “Yo” sin ese lugar. Los hijos castigan en el padre una semejanza que les arrebataba su lugar, tan es así que Lacan localizó como ese mito de Freud contiene una paradoja: los hijos sólo obtienen acceso a una “mujer”, su madre, mientras que el resto de las mujeres por efecto del crimen quedan prohibidas para ellos y las sigue gozando el padre. Algo no encajaba, al menos para Lacan, en la lógica de este mito fundador: por un lado las mujeres no eran tomadas en cuenta y luego, la “madre” quedaba con su arbitrio o arbitrariedad o arbitraje sin ser objeto de estudio. Un tema que él ya había insinuado al mostrar , en 1938 – Los complejos familiares- el singular papel que la “madre” ocupaba en el libro de Adolf Hitler, Mein Kampf (Mi lucha, aparecido en dos tomos, 1925/1928). Una figura de ese horizonte de la arbitrariedad se localiza con bastante precisión, por ejemplo, en el lugar que ocupa la “madre” en la familia de los narcotraficantes.

El término “árbitro”: deriva del latín arbitrare, proceder uno con su propio arbitrio. En el derecho se dice juzgar como árbitro a la facultad del juez para la apreciación no fijada en una ley, juzgar bajo su libre albedrío. Es un procedimiento por el cual las partes en conflicto, se someten a la decisión de un tercero, sobre el cual se han puesto de acuerdo con el fin de que éste evalúe, aprecie, analice y decida, sobre el mérito de sus respectivas pretensiones. Este procedimiento adversarial finaliza con un documento redactado por el árbitro, quién resuelve, mediante la aplicación de sus conocimientos técnicos o personales, la controversia suscrita por las partes y sometidas a su resolución de carácter vinculante (obligatoria).

Luis Carlos Ugalde, en su carácter de presidente del IFE fungió como árbitro de la campaña electoral para elegir presidente de la República el 2 de julio del 2006 en el país. Pertenece a la naturaleza del lenguaje, no de la palabra, pertenece al lenguaje, que al abrochar -nombrarla- cualquier cosa que signifique, o qué signifique, el referente nunca es bueno:Toda designación es metafórica (Lacan, 1971). La metáfora designa una cosa por otra: Ugalde es designado por el término “árbitro” que le permite calificar el valor legal o legítimo o ilegal de un resultado electoral.

En el territorio del lenguaje y de los discursos que el lenguaje permite sostener, los lugares de cada quien son lugares formados por la apariencia, alguien es designado, no ocupa ese lugar por su ser. Y como bien dice el saber conjetural de las llamadas clases “subalternas” (Gramsci, Ginzburg, Freud, Lacan): las apariencias engañan, el refranero popular dice: “No todo lo que brilla es oro”; ese mismo saber indiciático–organizado por indicios- reconoce que sin el brillo no se localiza el oro. El orden de las apariencias es uno de los órdenes que componen la vida cotidiana de los humanos; no es posible suprimir su presencia, misma que afecta a todos y a cada uno de los habitamos el lenguaje; la apariencia y las apariencias son parte de lo que posibilita la vida en sociedad.

Retornemos al licenciado Luis Carlos Ugalde. En el noticiero matutino de Carmen Aristegui, trasmitido por radio (México, DF, 29/11/2007), fue interrogado con motivo de su separación del cargo en el IFE. Ugalde despliega en la entrevista de manera reiterada metáforas del futbol para dar una imagen de la situación vivida en el país con motivo de las elecciones del 2 de julio del 2006. Además esa retórica intentaba dar cuenta de hechos que son “legales” y que él reconocía como siendo pecaminosos, por ejemplo, cito el caso del ex presidente Fox quien empleó 2.000 millones de pesos en anuncios publicitarios que apuntaban a inclinar el voto hacia un candidato en detrimento de otro, “eso – dice él- lo sabíamos”, claro que de todas formas “era una acción legal”. Al síntoma posmoderno que la gente expresa a voz en cuello “No hay ley” –indicando una nostalgia por el retorno a una ”ley dura” que sostenga un orden; el orden es un objeto de culto posmoderno; de ese síntoma Ugalde detectaba una consecuencia: las cosas que la ley convierte en legales no logran ser trasmitidas a la población, y está última se muestra escéptica frente a las inextricables y farragosas “explicaciones de verdades jurídicas” secretas, secretas para la población. El secreto es una de las fuentes para ampliar el descreimiento.

Ugalde entrado en la cancha procedió una vez más a recurrir al futbol: “Carmen mira, tú y yo asistimos a un encuentro de futbol donde se produce al terminar un empate; al finalizar el juego, los jugadores se ponen violentos y se agreden; luego en las tribunas hay disturbios, peleas; al salir del estadio se producen situaciones de descontento, desmanes. Y en ese momento los “medios” [sic, resic y recontrasic] culpan al árbitro que sólo se limito a cumplir con las leyes que organizan el encuentro, eso no es correcto” (Noticias con Carmen Aristegui, FM 96.9,29/11/2007,a las 8,15 hrs).

La noche anterior a ese reportaje en el Estadio del Club de futbol Guadalajara se jugó uno de los cuatro partidos que permitirán conocer a quiénes serán los finalistas del torneo mexicano. Se trató del juego de las “Chivas” del Guadalajara y los “Potros de hierro” del Atlante. Notemos algo, el presidente del club de Jalisco, ha declarado abiertamente sus simpatías por el licenciado Calderón y no ahorró denuestos contra Andrés Manuel López Obrador; mientras que entre los “Potros de hierro” del Atlante quién no recuerda las posiciones políticas de Félix Fernández cuando era portero de los Potros. En fin, esto es una anécdota. El día de ayer (28/11/2007) las Chivas ganaron a los Potros por un gol a cero, gol marcado de penal que ejecutó Ramón Morales. Hete aquí una cuestión narrada por el periódico La Jornada, en su página de deportes (29/11/2007): “El cuerpo arbitral acuchillo al Atlante con un polémico penal”. El comentario de La Jornada es sobrio, pues la noche anterior, los narradores televisivos del encuentro, los comentaristas de los noticieros nocturnos mostraron unanimidad inimaginable: el penal no existió (CNN, Fox Sport, Spn, Telefórmula, etcétera). Es decir, el árbitro haya sido por los motivos que haya sido sancionó, arbitró un penal que no había tenido lugar, tanto que pasaron más de 30 segundos para que el silbante hiciese sonar la ocarina para marcar la falta.

A diferencia de la metáfora de Ugalde, la noche anterior el árbitro, por los motivos que sean, quedó en falta y sin saberlo le cargo la factura a los contendientes, en particular, a la oncena de los Potros de Hierro del Atlante y a los jugadores de las Chivas, cuyo presidente podrá decir, sin lugar a duda “Haiga sido como haiga sido ganamos” (declaraciones del Lic. Calderón a Denise Maerker, ver, México 2006: fraude, filme del director Luis Mandoki).

Por la vía del discurso que sostiene a Ugalde, un árbitro de la contienda electoral, llegamos al campo del lenguaje, allí donde cada uno tiene una cita con él, allí es donde se realiza la singularidad de cada quién, la singularidad se da sólo en el colectivo. De ahí que cada discurso ha de leerse como una forma de lazo social fundado en el lenguaje (Lacan, 1972). El árbitro por su raíz latina es parte de la familia de términos tales como arbitraje, arbitrario, es decir esa función descansa en el “libre” arbitrio de quien la desempeña, es decir , es una función que tiene muchos elementos menos uno: no es objetiva. Carece de objetividad y no puede serlo pues es una función del lenguaje que toma a los humanos, y los hechos humanos para ser tales, requieren del hecho real, de los hechos reales, de la realidad de los hechos reales proviene la subjetividad de cada quién y no a la inversa. Las posiciones subjetivas son producidas por los hechos reales que actúan sobre cada quien, no es a la inversa.

Regresemos por última vez a Luis Carlos Ugalde el comentarista de futbol o el promotor de metáforas futbolísticas para dar cuenta de los sucesos electores de julio del 2006. Cuando se dejó llevar por su habla quedo tomado por la metáfora del futbol mostraba que esa actividad deportiva no le era ajena, entonces esa metáfora fue su cita con el lenguaje, no surgió de la nada, incluía el partido de futbol entre el Guadalajara y el Atlante de la noche anterior, donde una decisión arbitral, sancionando un penal que sólo el árbitro y su juez de línea vieron; mientras que los espectadores presentes en el estadio, los televidentes y los cronistas deportivos no lo vieron.

El incidente rememorado por el singular estilo de Ugalde ofrece un dato que no deja de guardar relación con el lugar del analista en el curso de tal o cual cura, pues afecta la neutralidad supuesta a uno u al otro; se muestra que el árbitro no es neutral, se revela que su cuerpo, sus posturas sobre el juego, su visión son participes de aquello que él arbitra y luego se lo trata de mostrar como “objetivo”, la posmodernidad tiene aversión por lo subjetivo y una gran fascinación –pariente de fascismo y de falo- por lo objetivo. Lo objetivo sería un acto humano sin la participación de la persona, el sexo, la erótica, la ideología política u analítica que esa persona tiene al formar parte de lo que el lenguaje construye en las sociedades humanas y entre los humanos.

Las metáforas de Luis Carlos Ugalde contienen un plus en la medida que transmite una verdad como saber, y viene al caso interrogarse ¿Cómo saber sin saber? Pese a su apariencia y gracias a su apariencia Luis Carlos Ugalde muestra como él, al igual que cada uno, está habitado por un saber no sabido que no por "no saberse" deja de ofrecer un saber de una parte de la verdad: el árbitro del futbol, el árbitro electoral y analista no son neutrales ni objetivos. El árbitro se presenta como neutral y objetivo en un juego donde él participa, el psicoanalista freudiano se muestra como neutral, según Freud, ante los decires de su paciente ¿Será necesario seguir sosteniendo una neutralidad que no es ni lo uno ni lo otro cuando el cuerpo, la subjetividad teórica y práctica del analista participan del juego del análisis? Es que acaso ¿Será viable un análisis aséptico en el medio abyecto de la subjetividad?
Alberto Sladogna,
Analista de la elp.
México, DF, Coyoacán,
29/11/2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que tal, entonces la ley de la virtud estoica de cada sujeto del estado constituido y inscrito en la historia de sí y del universal, se vende como la mesilla muy al estilo de santana, por tres chicharos mágicos; tristeza y coraje pero bueno como diría Amlo que comience la revolución de conciencias quien quita . Saludos